Os presento a......

¡Buenas! ¿Qué tal os trata la vida?

Hoy vengo con una entrada, digamos, “curiosa”. No es de cosmética ni de maquillaje, sino más bien personal. Quería presentaros a “personita” muy importante para mi…TEO, y compartir con vosotras algunos de “sus momentos”.

Como veis Teo es un conejo (aunque yo creo que no lo sabe) que el mes pasado cumplió tres añitos. Pero empecemos desde el principio, como las buenas historias….

Yo soy hija única, y desde que empecé a hablar empecé a pedir un hermanito, cuando vi que no había forma pasé al plan B, un perro. Y llegó a mi vida Nero, un cocker blanco y negro. Apareció con un bonito lazo rojo alrededor del cuello en la puerta de mi casa, cuando yo tenía 9 añitos, y estuvimos juntos 14 años. Para mí era “mi hermano”. Era un poco pasota, no de esos perros pegajosos que no se separan de ti, iba más bien a su rollo, pero me quería muchísimo, y yo más a él. Recuerdo que cuando volvía al colegio después del verano, se había acostumbrado tanto a verme todo el día en casa y estar conmigo, que me gruñía al entrar en casa…¡tardaba un buen rato en que se le pasase!¡Cómo si me regañase por irme!

Resulta que “mi Nero” se fue hace unos años, entre mis manos, entre mis besos.
Y juré no tener más perros en casa, pues nadie podría sustituirle. Pero fue pasando el tiempo, y yo necesito animales en casa para vivir (he tenido gorriones, ratones, gusanos de seda, agapornis, tortugas…).
 Así que pensé ¿Qué animal podríamos tener? Consultando una página especializada de conejos (tiene información sobre cuidados, fotos de conejitos, foros para compartir cosas y dudas http://www.anacweb.com/ ) lo vi claro.

Así llegó Teo a nuestras vidas. ¿Su nombre? Quería un nombre corto y sonoro y cuando le vi, se me ocurrió ¡que le pegaba mucho ese nombre! (viene de los cuentos de TEO infantiles que leía de pequeña).

Estas son unas fotos de cuando llegó siendo un bebe.

Nos hicimos con una jaula de considerable tamaño, pues necesitan espacio para moverse y tumbarse (y no esas mini-jaulas que suele tener la gente), y demás utensilios (bebedor, comida, peine,…). Es importante tener en cuenta que deben estar sueltos unas cuantas horas al día, y como cualquier animal mucho cariño, limpieza y vacunas/revisiones periódicas.

Una foto del "susodicho" en su tunel:

Al principio era algo tímido, pero pronto empezó a tener confianza. Me seguía allá donde iba (aunque fuese al baño…), se dormía entre mis brazos, si mi padre le tenía cogido y yo estaba cerca, era capaz de saltar un metro en el aire para caer encima de mí. Me convertí en “su mama”.

 Siempre ha sido muy bueno, y lo sigue siendo, muy cariñoso y se ha dejado lavar y peinar sin problemas (hasta le gusta el secador y los pelos al viento). También hacía algunas trastadas, ya sabéis, morder cables, zapatos, muebles, subirse a la cama y mearse o mearse en el suelo si estaba en celo, etc…

Teo descansando y "poniendose en huelga" cuando ve que saco las maletas para irme:

Ahora está más calmadito, aunque no nos libramos de algún pis (parecido a un zumo de melocotón de espeso) de vez en cuando, y a diseminarnos “conguitos” según anda. Pero se lo perdonamos todo por guapo y por cariñoso. Hasta en el veterinario o de viaje es un santo.

Es un “conejo mimado” como dice mi padre, no hace más que recibir besos, caricias, hojitas de verdura, frutita, algún juguete, algún regalo en Reyes, en fin….¡que es el rey de la casa!

¡Espero que os haya gustado la entrada y la hayáis disfrutado…!

Bss..